LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO VIENE A SUSTITUIRNOS, SINO A RETARNOS A REPLANTEAR NUESTRAS BASES Y A REDEFINIR CÓMO CONECTAMOS CON LAS AUDIENCIAS.
El marketing vive una revolución silenciosa. No es una moda pasajera, es una disrupción que llegó para quedarse y que obliga a marcas, agencias y profesionales a repensar sus fundamentos.
Este año, la conversación ha girado inevitablemente en torno a la inteligencia artificial. En marketing y comunicación su presencia es tan evidente que resulta imposible ignorarla: cambió la manera en la que diseñamos, gestionamos, medimos e, incluso, pensamos nuestras estrategias. Y claro, con ello llegaron las preguntas incómodas: ¿las agencias dejarán de ser necesarias?, ¿los mercadólogos corremos el riesgo de ser sustituidos?, ¿una empresa realmente necesita un socio estratégico si las herramientas digitales…
Me gusta escuchar estas dudas porque revelan la tensión de un momento histórico. Pero creo que la respuesta no está en el miedo a ser reemplazados, sino en la solidez de lo que construimos. Las marcas que tienen un propósito claro, un modelo de negocio robusto y profesionales capaces de interpretar su entorno no deberían temerle a la inteligencia artificial; al contrario, deberían verla como un catalizador.
La historia nos ha enseñado que cada disrupción —la Revolución Industrial, los medios masivos o la globalización digital— provoca incertidumbre, pero también abre caminos. La IA no es distinta: su promesa es la creación de experiencias personalizadas, inmediatas y en constante evolución.
Para mí, el reto se divide en dos. El primero es no perder los cimientos. Si no sabemos por qué hacemos lo que hacemos, difícilmente una herramienta podrá ayudarnos. La claridad estratégica sigue siendo humana. El segundo es formalizar el uso de la IA: capacitarse, normarla, darle un marco ético y creativo que evite caer en la trampa de los clichés y del contenido vacío que ya nadie valora.
La invitación es clara: abracemos esta disrupción tecnológica, estudiémosla y acompañémonos de profesionales para implementarla con propósito. No olvidemos que la verdadera magia sigue siendo humana. La inteligencia artificial no sustituye; se convierte en el aliado perfecto para innovar, diferenciarnos y afrontar con ventaja los retos que tenemos por delante como marcas, empresas y agencias.
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Escrito por Tannia Rodriguez
Directora Comercial de Alquimia Transforma
